lunes, 25 de junio de 2012

CUENTO REALISTA


Un examen con tristeza

 Hoy me levanté en un día como cualquier otro. Fui a la pieza de mis padres para buscar a mi perro, pero no estaba. Lo busqué por todos lados, en el patio, en el baño; pero ninguna señal. Desperté a mi mamá y empezamos a buscar. No lo encontramos.  
Ya casi era la hora para entrar a clases. Me cambié rápido y me fui. Había olvidado que tenía que estudiar para el examen.                  
  
 Entré a clases corriendo y el profesor dijo: saquen una hoja, prueba final… Me agarré la cabeza exclamando: ¡No! Pero ya era demasiado tarde. El maestro había escrito las preguntas en el pizarrón. En ese mismo instante me llamaron de la dirección, mi perra había fallecido. Me largué a llorar. Volví al examen. Me senté y tenía la hoja ahí. No pude hacerlo, ya que la tristeza rodeaba todo mi cuerpo… Estaba aplazado.                                          
 Llegué a mi casa, y corrí hacia mi mamá y le di un fuerte abrazo. Le conté que no había aprobado, pero me iban a dar una oportunidad más ya que le conté lo sucedido. Mi mamá no me escuchó de lo triste que estaba.                                                                            
  Entré de vuelta a la escuela para rehacer el examen. Me senté hice la prueba, salí, y había aprobado, pero igual no estaba contento…

Lila Gerber










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